Muchos han perdido el verdadero SIGNIFICADO DE LA NAVIDAD y otros simplemente no sienten interés por ella. No es de extrañar que a algunas personas no les atraiga la Navidad, porque su alma no resuena con el enfoque navideño actual. Por suerte muchas personas logran ilusionarse con esta época del año pero sería mucho más placentera y gratificante si recordásemos qué significa la Navidad.
Halloween: preparación de la Navidad
Para ello debemos remontarnos a la época de HALLOWEEN, que en la cultura católica de rito latino se denomina “Todos Santos” (1 de noviembre) y el día de los “Santos difuntos” (2 de noviembre). El día de Todos Santos es una celebración por las almas que se han purificado y alcanzado el estado de Santidad, mientras que en el de los Santos difuntos se honra a las personas fallecidas.
En cualquier caso, esa época establece la preparación para la Navidad. Si vamos a dar la bienvenida a algo tan PURO como debiera ser el espíritu navideño, antes deberemos LIMPIAR todo la parte “MUERTA” en cada uno de nosotros o aquello que debe “morir” para continuar nuestro proceso de purificación como almas.
Así pues, la época de Halloween-Todos Santos es el simbolismo de rendir culto a “NUESTROS MUERTOS” y por otra de reirse de la parte oscura para perderle el miedo a la oscuridad, como preparación a la Navidad.
¿Qué significa “nuestros muertos”? Por una parte, representa a nuestros ANCESTROS, aquello de lo que provenimos, donde cada cual tendrá sus “secretos de familia” por sacar a la luz, aceptar y transmutar no sin antes honrar lo que nuestros antepasados hayan vivido, por muy duro que parezca: significó un gran aprendizaje para nuestro linaje familiar y ahora podemos reconocerles el esfuerzo y a la vez cortar con lo que ya no deseamos de esa energía. Por lo tanto, la costumbre de llevar flores al cementerio a nuestros familiares difuntos en esa época, es una manera de llenar de energía de amor a lo que nuestros antepasados hayan tenido que vivir y trasmutar lo que sea necesario.
Por otra parte “nuestros muertos” significa nuestras VIDAS PASADAS, y en concreto aquellas en las que debemos perdonar o pedir perdón por algo oscuro que no nos permite avanzar y que toca tratar adecuadamente para seguir purificando nuestra alma. No es casual que a los 9 días del Año Nuevo Judío -que este año 2017 cayó a finales de Septiembre- le siga una gran celebración, el Yom Kipur o día del Perdón para pedir perdón y perdonar.
A medida que avanzamos vamos elevando nuestro nivel de conciencia y con ello nuestra comprensión y nuestras lecciones con la oscuridad, como oportunidad para reconocerla y reafirmarnos cada vez más en nuestra LUZ.
Halloween es una de esas lecciones en las que nos toca dejar de tenerle MIEDO A LA OSCURIDAD y en la que aprendemos que con cierto SENTIDO DEL HUMOR podemos hacer que la oscuridad pierda fuerza en nuestras vidas.
Lo que sucede en Halloween-Todos Santos es que llega hacia nosotros una cierta cantidad de oscuridad -tanto de nuestros ancestros como de nuestras vidas pasadas- para darnos la oportunidad de HONRAR SU LECCIÓN, perderle el miedo, aceptar que existe y TRASCENDERLA para ir hacia una parte más PURA de NUESTRO SER.
El Niño Cósmico en Navidad
Y esa pureza es lo que llega justamente en NAVIDAD. La parte más pura de nuestra esencia es indudablemente nuestro NIÑO CÓSMICO o NIÑO DIVINO. Y eso es lo que representa la celebración del nacimiento del Niño Jesús.
¿Qué solemos hacer las madres ante la llegada de un hijo? Prepararle la habitación limpiándola y decorándola de la forma más dulce y acogedora posible para darle la bienvenida a nuestra familia. Justamente en Navidad, damos la bienvenida a la llegada simbólica de Nuestro Niñ@ Divin@.
Para ello hemos “limpiado la habitación” desde la época de Halloween, al deshacernos de una gran cantidad de oscuridad y luego la hemos decorado con los adornos navideños, entrando en un espíritu de CELEBRACIÓN y REUNIÓN FAMILIAR.
Jesucristo fue un ser humano que caminó por esta Tierra conectado con su Ser Superior, algo que gradualmente iremos haciendo los demás seres humanos y que algunos ya van progresivamente probando a hacer. Es todo un PROCESO que representa un GRAN CAMBIO en la Humanidad y que no sucede de forma instantánea.
Existen dos VIAS PRINCIPALES DE ACCESO a nuestro Ser Superior: una es a través de nuestra ENERGÍA FEMENINA, tanto en hombres como en mujeres y la otra es vía nuestro NIÑO DIVINO.
Si Jesucristo estuvo conectado con su Ser Superior, el Niño Jesús era su Niño Divino. Pero no todos hemos tenido esa conexión tan directa con nuestro Niño Divino.
Niño Cósmico y Niño Interior
Mucho se habla ahora sobre el Niño Interior, el cual es la suma de todos los niños que hemos sido, no sólo el niño o la niña de nuestra infancia actual, sino los de todas nuestras vidas pasadas. Por tanto, nuesto Niño Interior tiene muchas heridas por sanar porque no en todas las vidas hemos sido felices de niños.
No es lo mismo el Niño Interior que el Niño Divino. Lo deseable sería conseguir identificarnos con nuestro NIÑO CÓSMICO o Divino tras sanar a nuestro Niño Interior. Una vez hacemos eso, el ACCESO a nuestro Ser Superior se hace mucho más FÁCIL.
Ese Niño Divino nos aportará el espíritu de celebración en todos los proyectos que emprendamos y será el combustible para que no decaigan nuestras fuerzas además de que atraerá los recursos necesarios por resonancia. Nos ayudará a vivir la vida con un espíritu de juego y despreocupación sabiendo que Dios y/o el Universo nos aporta todo lo que necesitamos, haciendo que de esta forma no se corte el flujo de bendiciones a nuestra vida.
Sin embargo si estamos más conectados con nuestro Niño Interior herido porque no le hemos prestado la suficiente atención para sanarlo, éste nos boicoteará los proyectos y nos hará creer que es difícil conseguir lo que queremos además de llevarnos a un estado de preocupación y sentimiento de abandono. Cuando esto es así, el Niño Interior no tiene ganas de jugar ni de celebrar y pierde el interés por la Navidad.
Quien sienta AVERSIÓN por la Navidad, necesita urgentemente SANAR a su Niño Interior y recordar que no importa que otros hayan banalizado a la Navidad. Cuando consigues ir sanando a tu Niño Interior y sentir el espíritu navideño, poco te importa que otros se queden en la superficie púramente consumista.
Ahora ya podemos recordar que cuando le cantamos villancicos al Niño Jesús, en realidad estamos agradeciendo el ejemplo que nos dio este Ser para recordar que todos tenemos un Ser Superior y por tanto un NIño Cósmico en nuestro interior con el que tenemos el derecho de conectar y disfrutar de la vida.
Cada Navidad es una oportunidad nueva para sanar aún más a nuestro Niño Interior y abrir las puertas de nuestro corazón a nuestro Niño Cósmico. Así, gradualmente, iremos abriendo el camino a nuestro Ser Superior, entre otras maneras de acceder a nuestra verdadera esencia, para tener una vida más plena.
Niño Cósmico en Verde Turquesa
El color que representa la vibración del Niño Cósmico es el verde turquesa, o verde aguamarina. Ese color que se ha puesto tan de moda en los últimos años no es una casualidad, ya que la Humanidad está preparada para dar otro salto evolutivo importante. No es de extrañar que uno de los colores que representa a la Navidad sea el verde. Y que sea también el color del niño que no quería crecer: Peter Pan. Para conectar con tu Niño Cósmico, vístete de verde turquesa y úsalo tanto como puedas en varios ámbitos de tu vida. Y… piensa en verde…
¡ FELIZ NAVIDAD ! ¡ Y FELIZ NIÑO CÓSMICO !